31 de diciembre de 2008

Por qué los usuarios de Ubuntu debieran (pre)ocuparse de Debian


En el principio era Debian, y vio Ian que Debian era bueno, hasta que surgió Ubuntu, el Hijo Amado...

Los comentarios en muchos blogs del mundo, a favor de Debian, a favor de Ubuntu, apoyando ambas, apoyando a ninguna, son incesantes. Pero la verdadera pregunta es ¿cómo siguen verdaderamente las relaciones entre ambas distribuciones, más allá de lo que digan los fans?

Para resolver un poco eso, después del salto dejo una traducción libre (y apurada) de un artículo escrito por Ryan Paul, aparecido en Ars Technica, el 30 de Diciembre de 2008.

La distribución Ubuntu Linux ha atraído a una amplia audiencia de entusiastas de Linux, y está comenzando a ganar espacio entre usuarios tradicionales de computadores. Aunque Ubuntu es relativamente nuevo, está construido sobre la rica historia y profundas raíces del venerable Proyecto Debian, uno de las más antiguas e influyentes distribuciones Linux. El destino de los dos populares sabores de Linux está unido inextricablemente, así como sus respectivas historias.

Pero aunque Debian es una parte extremadamente importante del pasado y futuro de Ubuntu, muchos usuarios nuevos de Ubuntu saben muy poco acerca de sus raíces y de la naturaleza de la relación entre ambas distribuciones. (...)* Bienvenidos, pues, a la clase de historia.

Debian: una fundación poderosa, un par de quiebres

Debian, que fue fundado por Ian Murdock en 1993, ofrece muchas ventajas importantes sobre sus competidores. Posee un sistema de manejo de paquetes extremadamente potente, así como una rica selección de software disponible. Cuentas recientes muestran que la última versión estable tiene más de 20.000 paquetes en el repositorio principal (main), y la última versión inestable tiene casi 30.000.

Otro factor clave de diferenciación de Debian respecto de muchas otras distribuciones es su fuerte compromiso filosófico y su modelo de desarrollo orientado a la comunidad, el cuál está sintetizado en el Contrato Social de Debian y Directivas de Software Libre de Debian. Debian es comercialmente neutro, y tiene altos estándares de transparencia y escrutinio democrático.

No obstante ofrecer ventajas valiosas, la distribución también posee debilidades serias, especialmente en materia de escritorio. Sus extensos ciclos de desarrollo (con versiones cada dos o tres años), lo transforman en una opción poco atractiva para usuarios que quieren el último software.

Debian se ofrece en tres sabores distintos: "estable", "de pruebas", e "inestable". La versión estable es ampliamente usada en servidores, pero muchos usuarios de escritorio prefieren la versión de pruebas y la inestable, por contar con los paquetes más recientes. Desafortunadamente, no existe garantía, en ningún momento dado, de que la versión de pruebas y la versión inestable sean totalmente funcionales, y los usuarios ocasionalmente deben lidiar con quiebres de sistema serios e inesperados.

Las bases ideológicas de Debian también son, en ocasiones, más un impedimento que un punto a su favor. El compromiso del proyecto con la democracia y la falta intencional de un liderazgo fuerte centralizado daña a veces el proceso de toma de decisiones, contribuyendo a una impresión general de ausencia de directividad. Los esfuerzos de desarrollo pueden resultar perjudicados o descarriados por disputas no-técnicas interminables, en torno a temas ideológicos específicos.

En el pasado, algunos de los aspectos disfuncionales del modelo de dirección de Debian han terminado alienando a algunos participantes, llevando a desarrolladores de alto nivel a abandonar el proyecto. Otras distribuciones no son inmunes a problemas de esta naturaleza, pero la persistencia de las fuertes convicciones ideológicas en la comunidad Debian hacen que esta sea especialmente vulnerable.

Ubuntu: construir montañas llenando los agujeros

La distribución Ubuntu Linux emergió originalmente en 2004 como un derivado de Debian bajo el fuerte liderazgo del sudafricano Mark Shuttleworth. La razón de ser del proyecto Ubuntu, el cual es desarrollado a través de un esfuerzo colaborativo entre Canonical (compañía perteneciente a Mark Shuttleworth) y una comunidad de desarrolladores voluntarios, es entregar una distribución Linux moderna, que sea verdaderamente competitiva en el escritorio y apropiada para audiencias tradicionalmente no-técnicas.

Ubuntu pone un fuerte énfasis en la facilidad de uso, y se adhiere a un ciclo temporalmente definido de liberación de versiones. Como un trabajo de relojería, se libera una versión nueva cada seis meses, siguiendo una agenda de trabajo predefinida y predecible. Esto asegura que el proyecto no se frene o deje a los usuarios con software desactualizado. La agenda de trabajo está estructurada de forma tal que sigue de cerca el desarrollo del proyecto GNOME, el entorno de escritorio utilizado para completar el núcleo de software de Ubuntu. Ubuntu típicamente es liberado un mes después de una nueva versión de GNOME.

El nacimiento de Ubuntu no fue el de un fork de Debian de una sola vez. Las dos distribuciones están aún relacionadas, y una parte importante de los paquetes de Ubuntu todavía se obtienen directamente desde lo más avanzado de Debian. Durante la etapa más temprana de cada ciclo de desarrollo de Ubuntu, se importaban automáticamente paquetes nuevos y actualizados provenientes de la rama inestable de Debian. El proceso de importación es un flujo constante hasta la fecha de congelamiento de la importación, la que generalmente coincide con la liberación de la versión alpha de Ubuntu. Luego de este congelamiento, las paqueterías de Ubuntu son amplia, dura y extensamente probadas para asegurar los más altos niveles de confiabilidad y solidez antes de liberar la versión final.

Visto desde la perspectiva de la asociación con Debian, Ubuntu puede ser entendido como una serie de “imágenes” de Debian inestable, depuradas para uso general. Sobre esos fundamentos, los desarrolladores han simplificado el proceso de instalación, y han hecho que la distribución sea fácil de usar en computadores de escritorio.

Ubuntu tiene un amigable LiveCD-Instalador, que provee un entorno completo al primer uso, y que no requiere de la selección individual de paqueterías o de tomar decisiones al respecto, por parte del usuario. Ubuntu también incluye herramientas que facilitan y automatizan la instalación y configuración de controladores propietarios de hardware, códecs, y otros componentes requeridos por los usuarios. Estos agregados transforman a Ubuntu en una plataforma de escritorio totalmente funcional apenas es instalado, con muy poca necesidad de esforzarse en intervenciones adicionales o configuraciones manuales.

Ubuntu, en muchas maneras, es una mejora, pero Debian aún sigue ofreciendo ventajas. Uno de los puntos débiles de Ubuntu, por ejemplo, es que su administración basada en un esquema fijo de tiempo no permite la inclusión de actualizaciones de software útiles y definitivas, en tanto que el modelo de Debian inestable asegura proveer siempre los últimos paquetes, aunque sin garantías de estabilidad. Otra gran ventaja de Debian es su soporte para una multitud de arquitecturas, mientras que Ubuntu oficialmente sólo soporta computadores de escritorio estándar y ARM.

Fricción

Ubuntu depende fuertemente y de muchas maneras de Debian, pero la relación entre ambas distribuciones no siempre ha sido positiva. Los primeros logros de Ubuntu se vieron empañados por las acusaciones de parasitismo y de poca reciprocidad hacia Debian. La comunidad Ubuntu ha tomado medidas importantes a través de los años para calmar tensiones y solucionar el conflicto.

Cuando en 2005 la controversia recién se inició, el fundador de Debian, Ian Murdock, comentó que el éxito mutuo, de Debian y de Ubuntu, dependería de la capacidad de asegurar la compatibilidad y la colaboración entre ambas distribuciones.

“Si Ubuntu es parte de la familia Debian, entonces todos ganamos con el éxito de Ubuntu. Sin embargo, todos ganamos sí y sólo si Ubuntu se mantiene como un buen hijo. Mi preocupación es que [Ubuntu] ha comenzado a mostrar signos de ser un hijo rebelde, llevado por la confianza de sus triunfos tempranos, y ha comenzado a preguntarse si es que ya no necesita a sus padres”, escribió Murdock. “Para que Debian se beneficie de Ubuntu, el linaje debe ser preservado, y ser algo más poderoso que sólo un 'empezamos con un montón de paquetes suyos' ”

Shuttleworth compartió este punto de vista, mostrándose ampliamente de acuerdo en que la colaboración era y es la única manera de avanzar. “Soy de la opinión de que Ubuntu no podría existir sin Debian. De este modo, tengo la intención de comprender a Ubuntu como una parte constructiva del ancho paisaje Debian”, escribió Shuttleworth hace varios años. “Es vital que Ubuntu ayude a sostener y hacer crecer a Debian, porque es el aliento y la fuerza de Debian lo que constituye la 'grandeza de hombros' en la que nosotros, la comunidad Ubuntu, nos apoyamos para alcanzar las estrellas.”

Sin embargo, ambos están en desacuerdo en muchos temas técnicos clave, como se ha ilustrado en diferentes opiniones apuntando a resolver aspectos de interoperabilidad. Murdock tomó un papel de liderazgo en la Alianza DCC, una organización que fue fundada conjuntamente por Debian y varios derivativos con el propósito de establecer un núcleo común compatible LSB interoperable para las distribuciones Debian. Murdock esperaba que esto garantizara la compatibilidad entre las distribuciones basadas en Debian y prevenir la inminente balcanización que temía. El plan fue mal llevado en varios niveles diferentes, y sus fallas técnicas finalmente condujeron a su colapso. Shuttleworth predijo correctamente muchos de esos problemas, y permaneció en el margen sin comprometer su adherencia a los estándares de la DCC.

Ha habido también varias iniciativas en ambas comunidades (Debian y Ubuntu) para incrementar la colaboración, pero no han sido particularmente exitosas. Por la parte de Debian, el proyecto Utnubu (“Ubuntu” al revés), se estableció para poder llevar paquetes Ubuntu a Debian. Por el lado de Ubuntu, el Grupo de Colaboración Debian (DCT, por sus siglas en inglés) tuvo metas similares. Ninguno de los dos ganó vigencia, pero demostraron la debilidad de ambos bandos en hacer que la colaboración funcionara mejor.

Construyendo lazos más cercanos

Lo que finalmente ayudó a mejorar las relaciones fue un cambio cultural al interior de la comunidad de Ubuntu. Se puso un alto énfasis en la contribución a Debian, y algunos grupos de Ubuntu individuales comenzaron a trabajar con desarrolladores de Debian en proyectos específicos. Los desarrolladores de Ubuntu animaron activamente a la comunidad a reportar bugs cuando fueran aplicables y a participar directamente en el desarrollo de Debian. También existe una creciente colaboración saludable en ciertas áreas, tales como el empaquetamiento Python. Fue anunciado un esfuerzo de empaquetamiento conjunto entre ambas distribuciones para la transición a Mono 2.0.

Las amplias contribuciones de Canonical también están a la espera de alivianar tensiones. El estatus propietario de la plataforma para desarrolladores Launchpad, usado extensamente en Ubuntu, es uno de los temas más espinudos, y este problema fue tratado temprano este año cuando Shuttleworth reveló que todo Launchpad sería Open Source el próximo año (**).

Canonical también se encuentra trabajando con otros miembros de la comunidad upstream en proyectos de mejoramiento de la usabilidad en áreas específicas, tales como nuevos sistemas de notificación.

Aunque Ubuntu y Debian han reconciliado sus diferencias ampliamentes, las relaciones entre ambas distribuciones no son perfectas, y la comunidad Ubuntu y Canonical probablemente todavía tengan algo de trabajo antes de que puedan trascender completamente la noción de que Ubuntu no entre lo suficiente.

Ubuntu pudo ser posible gracias al poderoso legado de Debian, y aún hoy día recurre a la diversa comunidad Debian para alimentar su avance, basándose en aquella fuerza inicial. La popularidad de Ubuntu también ha favorecido la visibilidad de Debian, y los desarrolladores de Ubuntu han ido añadiendo gradualmente más esfuerzos técnicos de cooperación con Debian. Comprender las metas, valores y fuerzas de Debian ayudará a iluminar en aquellos espacios en los que Ubuntu recién se está formulando interrogantes.

Traducido por Gustaffson

* Omito esta parte, donde el autor justifica este artículo sobre la base de pedidos de usuarios para ofrecer su propia perspectiva de la relación Debian-Ubuntu.

** El artículo original fue publicado el 30 de Diciembre de 2008. Por tanto, el “próximo año” en realidad es el “presente año”